Eje cronológico

Eje cronológico

miércoles, 14 de octubre de 2009

textos de Al-Andalus

1.- Pacto de Teodomiro
“En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Edicto de ‘Abd al-‘Aziz ibn
Musa ibn Nusair a Tudmir ibn Abdush (esto es, Teodomiro, hijo de los godos). Este
último obtiene la paz y recibe la promesa, bajo la garantía de Dios y su Profeta, de
que su situación y la de su pueblo no se alterará; de que sus súbditos no serán
muertos, ni hechos prisioneros, ni separados de sus esposas e hijos; de que no se
les impedirá la práctica de su religión, y de que sus iglesias no serán quemadas ni
desposeídas de los objetos de culto que hay en ellas; todo ello mientras satisfaga las
obligaciones que le imponemos. Se le concede la paz con la entrega de las
siguientes ciudades: Orihuela, Baltana, Alicante, Mula, Villena, Lorca y Ello. Además,
no debe dar asilo a nadie que huya de nosotros o sea nuestro enemigo; ni producir
daño a nadie que huya de nosotros o sea nuestro enemigo; ni producir daño a nadie
que goce de nuestra amnistía; ni ocultar ninguna información sobre nuestros
enemigos que puede llegar a su conocimiento. El y sus súbditos pagarán un tributo
anual, cada persona, de un dinar en metálico, cuatro medidas de trigo, cebada,
zumo de uva y vinagre, dos de miel y dos de aceite de oliva; para los sirvientes, sólo
una medida. Dado en el mes de Raÿab, año 94 de la Hégira (713 d.C.). Como
testigos, ‘Uzmán ibn Abi ‘Abda, Habib ibn Abi ‘Ubaida, Idrís ibn Maisara y Abul
Qasim al-Mazáli.”

Proclamación califal de Abderramán III:
"En el nombre de Dios Clemente y Misericordioso.
Bendiga Dios a nuestro honrado Profeta Mahoma.
Los más dignos de reivindicar enteramente su derecho y los más merecedores de completar su fortuna y de revestirse de las mercedes con que Dios Altísimo los ha revestido, somos Nosotros, por cuanto Dios Altísimo nos ha favorecido con ello, ha mostrado su preferencia por nosotros, ha elevado nuestra autoridad hasta ese punto, nos ha permitido obtenerlo por nuestro esfuerzo, nos ha facilitado logrado con nuestro gobierno, ha extendido nuestra fama por el mundo, ha ensalzado nuestra autoridad por las tierras, ha hecho que la esperanza de los mundos estuviera pendiente de Nosotros, ha dispuesto que los extraviados a nosotros volvieran y que nuestros súbditos se regocijaran por verse a la sombra de nuestro gobierno (todo ello por la voluntad de Dios; loado sea Dios, otorgador de los beneficios, por el que nos ha otorgado, pues Él merece la máxima loa por la gracia que nos ha concedido. En consecuencia, hemos decidido que se nos llame con el título de Príncipe de los Creyentes, y que en las cartas, tanto las que expidamos como las que recibamos, se nos dé dicho título, puesto que todo el que lo usa, fuera de nosotros, se lo apropia indebidamente, es un intruso en él, y se arroga una denominación que no merece. Además, hemos comprendido que seguir sin usar ese título, que se nos debe, es hacer decaer un derecho que tenemos y dejarse perder una designación firme. Ordena, por tanto, al predicador de tu jurisdicción que emplee dicho título, y úsalo tú de ahora en adelante cuando nos escribas. Si Dios quiere."

(Una Crónica anónima de Abderramán al-Nasir.